¿Qué hay mejor que un plato rápido y sencillo para reconfortarnos, sin mucho esfuerzo? Una receta tradicional, pero siempre llena de calidez y poesía... ¡y súper económica! En esta receta he usado especialmente tomates sin níquel para quienes son intolerantes, pero puedes usar el puré que prefieras. El sabor dulce del tomate se combina con el aroma de la albahaca semi-fresca. Pero ambos están acompañados de un toque de sabor: ¡el del ajo negro fermentado! Tranquil*, es tan delicado que lo recomiendo incluso a quienes no lo toleran: ¡prueba y verás!
Pon el agua a hervir y pesa la pasta. Corta la cebolla en trozos pequeños.
En una cacerola alta, calienta el aceite de oliva virgen extra con ajo y cebolla. Te recomiendo aplastar los dientes de ajo para que liberen su aroma, de lo contrario, déjalos enteros para un sabor menos intenso.
Después de que se hayan dorado, añade el puré de tomate y cuando empiece a "burbujeo", ajusta con sal y pimienta al gusto. Deja otros 5 minutos en el fuego y una vez apagado, añade la albahaca.
Pon la pasta a cocinar y añade la sal. Escúrrela un minuto antes de lo indicado y pásala por la salsa, con el fuego encendido durante 1 minuto. De esta manera terminará de cocinarse, absorbiendo mejor el condimento.
Sirve el plato tan pronto como esté listo y ten preparada una buena cantidad de pan para mojar en la salsa.
Conservar en el refrigerador por un máximo de 2 días
Italia, Puglia
Energía (kcal) | 258,14 |
Carbohidratos (g) | 36,35 |
de los cuales Azúcares (g) | 2,78 |
Grasas (g) | 10,19 |
de los cuales saturados (g) | 1,47 |
Proteínas (g) | 6,85 |
Fibra (g) | 1,26 |